22 de febrero de 2014

¿20 AÑOS DE TLCAN Y NO ENTIENDEN QUE NO ES PALANCA DEL DESARROLLO?

En mi opinión –y sin menospreciar la oleada de conferencias durante esta semana sobre el tema-, ya deberíamos superar el discurso de decepción por el TLCAN. En teoría económica el largo plazo dura, convencionalmente, cinco años; plazo suficiente para constatar el éxito o fracaso de una decisión económica. Desde los primeros cinco años del TLCAN ya se habían observado sus decepcionantes resultados en la mayoría de las materias (social, empleo, redistribución del ingreso, etc.). ¿Por qué ha sido tan decepcionante? Porque habían muy altas expectativas. El optimismo por el TLCAN proviene de una promesa política de acceso al primer mundo hecha por Carlos Salinas, Pedro Aspe, Jaime Serra, entre otros. Sin embargo, dicha promesa no estuvo fundada en un análisis económico sólido que hayamos visto –similarmente, hoy no hay un análisis económico serio que pruebe el éxito de la reforma energética en curso. Hoy la discusión más bien debe centrarse en cómo potenciar las zonas débiles de México dentro del TLCAN (agricultura y aumento de insumos nacionales) y diversificar nuestros mercados a otras regiones fuera del TLCAN.

13 de febrero de 2014

CRISIS DE DEUDA EN EUA Y LA NECESARIA RESPUESTA HETERODOXA DE MÉXICO

(Reproducido de mi columna del 16 de febrero de 2014 en el Diario Contrapoder en Chiapas)

El Senado de los EUA aprobó ayer miércoles 12 de febrero de 2014 el aumento del límite de endeudamiento público hasta marzo de 2015. Eso permitirá al Gobierno federal hacer frente a sus pagos más allá del 27 de febrero (fecha en que sólo habrían quedado 50 mil millones de dólares en el Tesoro). El ala republicana más conservadora ha sido el gran opositor a aumentar el techo de deuda, ya que, además de que ello dejaría en jaque la economía de la administración Obama, aumentar el techo de deuda sólo pospone la implementación de reformas estructurales del país: aumentar impuestos y/o recortar el gasto. Desde 1976 ha habido 17 cierres parciales de gobierno en EUA. La duración promedio ha sido de 5 días. Durante esos 17 cierres parciales, EUA no ha dejado de pagar sus compromisos de deuda. Sin embargo, esta vez ya no es sostenible ese alto nivel de endeudamiento (a los EUA ya no le alcanzan sus ingresos presentes para pagar toda su administración pública + servicio de la deuda), y si el gobierno estadounidense deja de seguir pagando el servicio de su deuda, se declararía insolvente. Con ello, la calificación de su deuda perdería su grado de inversión, por lo que los bonos de la Fed ya no podrían formar parte de la cartera de los fondos de inversión y de pensiones, tanto dentro de EUA como en el exterior. El resultado sería un significativo aumento de las tasas de interés de corto plazo, con las presiones recesivas que ello causaría, mandando a la economía de los EUA a una recesión y de ahí al resto de la economía global. Tarde o temprano tendrán que hacerse ajustes estructurales a la economía de los EUA, y las economías que estén más ligadas a ellos -como México hoy- serán más afectados. La estrategia de México debe ser heterodoxa: i) reducir su dependencia comercial respecto de los EUA orientando sus exportaciones a China; ii) reemplazar reservas internacionales en dólares (bonos de la Fed) con oro y plata (y no euros o yenes, porque Europa y Japón también entrarán en recesión), y; iii) elevar sus reservas de petróleo para usarlas como una moneda de cambio de altísimo valor -y no malbaratar nuestro petróleo hoy como la reforma energética del Presidente Peña Nieto propone.