Por: Sergio O.
Saldaña Zorrilla*
Prefacio
La decisión de publicar este artículo no me fue fácil.
Tengo una relación cordial con muchos actores involucrados a quienes quizás no
les agrade la dureza de mi argumentación. Sin embargo, si la civilización en
México ha de subsistir, debemos romper con la sistemática tolerancia a la violación
de los preceptos democráticos de la que, pasiva o activamente, son cómplices quienes
no llaman a las cosas por su nombre. Si nos mostramos blandos en la crítica hoy
que el Estado mexicano se cae en pedazos, mañana recaerá sobre nosotros la
responsabilidad histórica de no haber diseñado una ruta para refundarlo. No
diseñar un nuevo orden implica necesariamente la repetición de la historia; y en
nuestro caso, de una muy trágica historia.
Me parece que el resultado de las
elecciones del 7 de junio de 2015 será resultado de acuerdos entre los partidos
políticos y el gobierno federal. Los partidos podrían ocupar un número de
cargos sin corresponder necesariamente al número de votos que obtengan en las
urnas. Una vez electos, los diputados de cada partido simularán en tribuna defender
con su discurso a uno u otro ideal pero finalmente las votaciones en el
congreso seguirán yendo en la dirección que la presidencia de la república
señale. En ese caso, el sistema político mexicano seguirá representando una
farsa democrática. Ante ello, la anulación del voto en las próximas elecciones
me parece una repuesta eficaz. Mis argumentos y fundamentos a continuación.
La falta de independencia de partidos y órganos electorales
Es muy probable que las próximas
elecciones sean un fraude porque existe abundante evidencia de que las
dirigencias de los partidos políticos y los consejeros del Instituto Nacional
Electoral (INE, antes IFE) fueron decididos desde Los Pinos. Esta vez no será
un fraude a algún partido político e, indirectamente, al Pueblo; esta vez será directamente
al Pueblo. La intervención de la presidencia de la república en la elección del
presidente del Partido Acción Nacional (PAN) está bastante documentada[1];
lo mismo con la del Partido de la Revolución Democrática (PRD) [2];
en el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI)… quizás salga
sobrando documentar al respecto. Entonces, si las dirigencias de los partidos
le deben el cargo al presidente, no es difícil advertir que estos partidos no
tienen independencia para decidir a sus candidatos; es muy factible, entonces,
que los candidatos de los partidos sean sólo aquellos autorizados por la Presidencia
de la República.
A su vez, las dirigencias de
estos partidos son las que han ido decidiendo a los consejeros del INE,
pactando entre ellos cuotas de cada partido al interior del Consejo General del
INE[3].
Así, el INE tampoco es independiente, sino dependiente de las dirigencias de
los partidos políticos, las cuales a su vez tienen una deuda con el presidente
de la república. Lo mismo ha sucedido con los magistrados del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF, o TRIFE) y de los tribunales
electorales locales[4], los
cuales son los encargados de resolver las controversias legales en los procesos
electorales.
Entonces, tanto los candidatos,
como los árbitros (INE) como los jueces (TRIFE) de la elección son decididos
por la presidencia de la república. Así, mientras la selección de candidatos al
interior de los partidos no es objetiva, ni imparcial, ni independiente debido
a que las dirigencias de, al menos, los tres grandes partidos provienen de Los
Pinos, igualmente, cualquier controversia o impugnación sobre el proceso y la
jornada electoral tampoco tiene garantizada la objetividad ni mucho menos la
imparcialidad de estos órganos electorales por provenir sus consejeros y
magistrados igualmente de Los Pinos[5].
Lo anterior no quiere decir que todas las decisiones del INE y del TRIFE vayan
necesariamente en beneficio del partido en el poder; hace tiempo que los fallos
favorables se negocian entre los partidos y el ejecutivo federal (y no de
acuerdo a la ley ni a la voluntad popular, como debe ser en un sistema
democrático). La falsa sensación fabricada para el ciudadano sobre un reparto
del poder entre partidos electos por el Pueblo es la esencia de la farsa
democrática actual en México, pues el poder público se reparte sólo a voluntad
de la presidencia de la república y no del Pueblo.
Así, se han encendido dos señales
de alarma de la lucha por la democratización en México: 1) Al ser decididas desde
la presidencia de la república las dirigencias de los partidos mayoritarios, estos
partidos no representan a la mayoría del Pueblo, por lo que no existe la representatividad
democrática en México; 2) La existencia de un pacto no escrito entre los partidos
mencionados en el que, de facto, se le
permite el uso del poder a una sola persona (al presidente de la república)
para controlar el resultado de las elecciones, son síntomas de la instauración
de una dictadura. Fundamentemos lo anterior, pues alguien con razón aparente podrá
objetar que una dictadura es algo mucho peor (como aquel que dijo que los
sucesos de Iguala del 26 de septiembre de 2014 no son un crimen de Estado, que “crimen de Estado es algo mucho más grave”[6]).
Así define Ignacio Molina (2007[7])
la dictadura:
“Dictadura es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo o élite, generalmente a través de la consolidación de un gobierno de facto, que se caracteriza por una ausencia de división de poderes, una propensión a ejercitar arbitrariamente el mando en beneficio de la minoría que la apoya, la independencia del gobierno respecto a la presencia o no de consentimiento por parte de cualquiera de los gobernados, y la imposibilidad de que a través de un procedimiento institucionalizado la oposición llegue al poder”.
Opositores farsantes
Esta farsa democrática tiene
muchos cómplices. La base de esta farsa son los políticos a modo del
presidente, los cuales, sin el más mínimo respeto por la democracia, aprueban
sin leer todo lo que el presidente envía al congreso; este bloque es evidente y
está integrado por los legisladores del PRI, del Partido Verde Ecologista de
México (PVEM) y del Partido Nueva Alianza (PANAL). El resto de la farsa la
constituye el bloque de legisladores del PAN y del PRD, quienes, bajo pretextos
siempre inverosímiles, alternadamente se unen al bloque de los legisladores del
presidente para aprobarle todo también. Los legisladores
aparentemente en contra –incluyendo a los de partidos pequeños- toman la
palabra para contradecir las iniciativas presidenciales; su discurso en tribuna
pronto parece convertirse en un predicar en el desierto en una alegada defensa
de las mayorías de este país en medio de un huracán de legisladores abiertamente
serviles al presidente que terminan por ganarles cada ronda de votación.
Pero,
¿por qué las figuras de oposición no salen a la opinión pública a denunciar
esto? ¿No brillarían más si empujaran una verdadera democratización y
denunciaran esta farsa convocándonos a todo el Pueblo a exigir juntos la
democratización por medio de una movilización histórica? Después de todo, sus
partidos disponen de una estructura territorial para movilizarnos si ellos
quisieran. Ello sería la prueba irrefutable de que no son unos farsantes y de
que en verdad son nuestros representantes. Sin embargo, no lo hacen porque les
conviene, no los dejan o simplemente porque se conforman con interpretar el
papel de víctimas del parlamentarismo en esta farsa, que no es más que una obra
de teatro.
Para
esta obra, ellos luchan entre sí –por medio de las elecciones- para quedarse
con el papel de parlamentario opositor; para interpretar el papel del que se
desgañita en tribuna defendiendo al pobre Pueblo del infame tirano; tirano al
que reiteradamente expresan su coraje para ganar credibilidad. Que ese papel lo
interpreten ellos y no otros en nada cambiará nuestras vidas ni la de la Nación.
Eso solamente es relevante en la vida personal de ellos, que acrecentarán su
fama personal. Las elecciones internas para esas candidaturas de oposición parecen
cumplir más bien la función de casting de selección de actores. El guión ya
está escrito; sólo tienen que competir entre ellos. Una vez electos, ellos no
pueden modificar sus líneas de los diálogos de la obra –sólo el estilo personal.
Así, las figuras de oposición hacen las veces de válvulas de escape de la
presión social, a través de las cuales se calma el ansia popular, pues nos
hacen sentir que alguien ya llevó nuestra voz a las más altas tribunas de la Nación.
Luego del fracaso al proponer una iniciativa popular, en entrevistas nos dicen:
“lo intentamos, soy un convencido de que
la próxima vez sí lo logremos”, invitándonos siempre a seguir apoyándolos votando
por ellos. Puedo comprender las motivaciones de estas figuras de oposición;
para ellos esto es una carrera profesional, con prestigio, privilegios y cuya remuneración
suele ser tan buena como la de un parlamentario del partido oficial –o incluso
mayor, dependiendo de su papel relativo al interior del grupo parlamentario a
que pertenezcan. Todos, con diferentes papeles y vestuarios: actores de la
misma farsa.
El
caso del Partido Movimiento Regeneración
Nacional (MORENA) es el mismo. Aunque este partido dará la lucha, sólo le
reconocerán algunas posiciones; las suficientes para que el Pueblo crea que
alguien lleva su voz a tribuna, pero menos de las necesarias para que se
aprueben sus iniciativas populares. Si las elecciones se definirán nuevamente
en Los Pinos y Gobernación, me queda la impresión de que a MORENA se le ha
invitado a un fraude electoral en forma de Pacto de Caballeros; me queda la
impresión de que MORENA aceptó esa invitación y que, aunque van a presionar muy
fuerte para que les reconozcan sus triunfos (como lo hacía la oposición –de izquierda
y de derecha- de los años setenta en una mezcla de heroísmo y mendicidad), al
final se tendrán que conformar.
Los seguidores
de MORENA me parecen el elemento más vulnerable de esta farsa porque los
avances de su partido este 2015 les darán falsas esperanzas. En el 2018 nuevamente
no los dejarán pasar a la presidencia, luego de lo cual sus líderes volverán a
invitar a sus seguidores a desfogarse en marchas y plantones y, un mes después,
refunfuñando todos, les pedirán continuar con sus vidas. Sus líderes, no
obstante, habrán arrebatado a otros partidos los papeles estelares de líderes
del pueblo en el congreso.
Anulación
del voto
Así
las cosas, en las elecciones del 7 de junio próximo ¿debemos votar, abstenernos,
anular el voto, boicotear las elecciones o qué hacer? Para efectos legales, ni
la abstención, ni la anulación del voto ni el boicot electoral tienen
posibilidades reales de anular la elección[8]. Partidos y gobierno ya se aseguraron que la legislación
electoral posibilite que las elecciones sean válidas así sea con un solo voto
(además de que ellos controlan el TRIFE[9]).
Para
efectos morales, en cambio, la abstención, anulación y boicot sí serán cachetadas
con guante blanco al sistema político mexicano actual. Su impacto sería
indirecto. Una cachetada con guante blanco surte efecto directo sólo cuando quien
la recibe tiene un mínimo de moral –y por tanto de vergüenza- y reacciona ante
ello corrigiendo su actuar. Sin embargo, el gobierno y sus partidos carecen de
moral y de vergüenza, por lo que la medida no tendrá gran impacto directamente
en ellos.
El impacto de estas acciones provendrá de su eco al interior de cada
hogar en el país así como por su alcance internacional. El mensaje de deslegitimación
será difundido entre nosotros a todos los mexicanos así como por todos los
medios a todo el mundo. Esto fortalecerá la unidad de la sociedad mexicana para
exigir con más fuerza la democratización del país. A través de nuestros
relatos, estas acciones se traducirán en millones de mensajes a nuestros
familiares, vecinos, amigos, redes sociales y por múltiples declaraciones a medios
nacionales y extranjeros.
Entre
las acciones mencionadas, creo que la mejor es anular el voto. El voto se anula
al: i) Escribir un mensaje en la
papeleta; ii) Marcar en la papeleta a
más de un candidato, o; iii)
Depositar en blanco la papeleta en la urna. Ello, además de ser perfectamente
legal, será un mensaje pacífico y claro. En contraparte, abstenernos de votar
sólo alimentaría el argumento de que nos quedamos viendo el futbol; mientras
que boicotear las elecciones –ya sea pacífica o violentamente- abre la puerta a
caer en provocaciones del propio gobierno y sus partidos (no necesitamos más
mártires en México; los 120 mil de los últimos diez años ya son suficientes).
Existe
un no-estructurado pero generalizado repudio de la sociedad mexicana a esta farsa
democrática. Este repudio se ha ido manifestando por etapas: la primera fue (y es)
la “Acción Global por Ayotzinapa”; la
segunda el “Aristegui se queda”; y la
tercera son estas elecciones. Mientras el guión de esta farsa está muy claro,
el nuestro no está escrito; en ello radica nuestra ventaja.
* Doctor en
Ciencias Económicas y Sociales por la Universidad de Economía de Viena
(WU-Wien), en Austria, ex-funcionario de la ONU (CEPAL) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)
del CONACYT. Twitter: @SergioSaldanaZ
[1]
“El PAN ya no es oposición; ‘Peña sí cumple’, Madero”. Documental. Revista
Proceso. 11 de mayo de 2013. http://www.proceso.com.mx/?p=341740
“PAN cogobierna con Peña
Nieto”, entrevista de El Universal a Gustavo Madero del 21 de abril de 2014: http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2014/entrevista-el-pan-cogobierna-con-penia-nieto-como-nunca-madero-1004845.html
[2]
La campaña de Carlos Navarrete a la presidencia del PRD fue apoyada por Ángel
Aguirre: http://m.eluniversal.com.mx/notas/columnistas/2014/10/109432.html;
y Ángel Aguirre, a su vez, apoyó la campaña de Peña Nieto: http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/el-perredista-que-apoyo-a-pena-nieto.html
[3]
“El INE, en crisis por intervención de partidos en elección de Consejeros”.
Reportaje de El Universal del 31 de marzo del 2015: http://www.redpolitica.mx/elecciones-2015/ine-en-crisis-por-intervencion-de-partidos-en-eleccion-de-consejeros
“Elección de consejeros del
INE tuvo el respaldo de partidos”. Azteca Noticias, 23 de febrero del 2015: http://www.aztecanoticias.com.mx/notas/mexico/213765/eleccion-de-consejeros-del-ine-tuvo-el-respaldo-de-partidos
“Expertos: cuotas de
partidos tienen al INE en crisis”. Reportaje de El Universal del 25 de febrero
del 2015: http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2015/expertos-cuotas-de-partidos-tienen-al-ine-en-crisis-1079903.html
[4]
Los magistrados del TRIFE son elegidos por el Senado por medio de ternas
propuestas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) (y a su vez,
los ministros de la SCJN son propuestos a votación del Senado por ternas
propuestas por el presidente de la república). Al respecto de la elección de
magistrados del TRIFE, véase la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, Art. 198: http://info4.juridicas.unam.mx/juslab/leylab/171/200.htm
Respecto de la elección de
los magistrados locales, consúltese la Ley General de Instituciones y
Procedimientos Electorales, Art. 108: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5345952&fecha=23/05/2014
[5]
Aquí podrán objetar muchos, en especial los magistrados del TRIFE, que ellos son
gente de carrera, que estudian y se preparan mucho día con día. Tienen razón;
Eso yo no lo podría objetar en la mayoría de los casos. El elemento que, en
contraparte ellos no me podrán objetar, es que al ser ellos postura de alguien
dejan de ser independientes en sus fallos: su conciencia ya no es libre.
[6] Al
respecto, véase mi respuesta al ex-procurador Murillo Karam al respecto: http://www.losangelespress.org/senor-procurador-iguala-si-es-el-estado-mexicano/
[7] Molina, Ignacio (2007). Conceptos fundamentales de Ciencia
Política. Alianza Editorial. ISBN 84-206-8653-0.
[8]
Véase el art. 75, incisos a), b), c), d), e), f), g), h), i), j) de la Ley
General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral (LGSMIME),
los cuales describen todas las causales específicas de nulidad de la votación
recibida en casilla, mismas que no contemplan ni la anulación del voto ni la
abstención electoral. Si bien el art. 77 de la misma LGSMIME considera que la
no instalación de al menos 20% de las casillas en un distrito electoral federal
es causal de nulidad de la elección del diputado del distrito correspondiente,
impedir que se instalen esas casillas conlleva un alto riesgo de tensión o
incluso violencia innecesaria. Innecesaria porque, aun si con ello se lograra
anular la elección en algún distrito, puede hacerse efectiva la Tesis LXXII/98
del TEPJF, la cual contempla la expedición de convocatoria para organizar una
nueva elección en ese distrito –y así, tantas veces como sea necesario hasta
elegir diputado.
http://www.te.gob.mx/ccje/Archivos/presentaciones_capacitacion/sistema_nulidades.pdf
[9] Si bien la Tesis X/2001 y Sentencia SUP-JRC-165/2008 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contempla la invalidez de una elección por violación a principios constitucionales (como la falta de independencia de la autoridad electoral, aquí demostrada), ello queda sujeto a interpretación de la Sala Superior del TEPJF; y ya expliqué a quién se deben sus magistrados. Insisto, el laberinto no es sólo legal, también es político.
[9] Si bien la Tesis X/2001 y Sentencia SUP-JRC-165/2008 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contempla la invalidez de una elección por violación a principios constitucionales (como la falta de independencia de la autoridad electoral, aquí demostrada), ello queda sujeto a interpretación de la Sala Superior del TEPJF; y ya expliqué a quién se deben sus magistrados. Insisto, el laberinto no es sólo legal, también es político.
VIDEO "La Farsa Democrática"
Tambien estoy convencido de la ANULACION DEL VOTO. Pero no dejes en blanco la papeleta
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
EliminarTambien convencido de la ANULACION DEL VOTO. Pero no dejes en blanco la papeleta.
ResponderEliminarExcelente post, para una digna y merecida reflexión. Farsa electoral lleva ya el tiempo suficiente para que emprendamos el único camino posible: Anular el voto para mandar un mensaje al resto de los mexicanos, a la comunidad internacional y a quienes jalan las cadenas de las jaurías que medran del esfuerzo diario de la gente que SI trabaja, saludos.
ResponderEliminarAsí es JM, saludos cordiales.
EliminarEstimado Antonio, comparto su opinión de no generalizar. Reconozco que si bien existen candidatos honrados y con amor al país, el gran problema son las dirigencias de los partidos. Tengo muchos amigos intachables que son candidatos de todos los partidos, pero mi pesimismo proviene de que los limitarán sus dirigencias de partido, especialmente a los legisladores. Le deseo lo mejor en su campaña. Pronto sacaremos una convocatoria nacional para formar células ciudadanas para el apoyo mutuo ante la injusticia y me gustaría contar con su apoyo (soy más que un tipo frente a un libro y una computadora). Saludos cordiales.
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